Aquella mujer endemoniada... 🥀| Suspiria, concurso de literatura y arte de terror, horror y ficción sobrenatural. 1ra edición (Literatura): Poseídos.

Se hallaba en una esquina abandonada, pálida como la nieve, labios agrietados. Unos ojos sin vida, una sonrisa esbozaron, "maldad", esa palabra paso por mi mente, porque al pegar una tenue luz proveniente de un farol, cuerpos destripados pudieron ser vislumbrados, aquellos ojos ya no se veían apagados, un brillo demencial, una contorsión antinatural.

Demonios, exclame ante tal vista, no sentía mucha sorpresa,
pero tocaba nervioso mis manos. ¿Estoy ante una posesión demoniaca? Estúpido, pensé, tal cuestionamiento mental, no debería haber cabida para él, no puedo negar lo que ante mis ojos está. Una hermosa mujer ensuciada por el mal, que parecía disfrutar del horror a su alrededor.

Un grito desgarrador salió súbitamente de su garganta, rasgaba su cuello en intensa desesperación, en lo que parecía ser una lucha interna con su captor. Sus uñas embadurnadas de su propia sangre, ya no mostraban ninguna claridad, se empezó a formar incluso una laguna, de aquel líquido que debía ser rojizo, pero lucia de un negro profundo. Así me imaginaba el más allá.

Persona de perversiones no soy, pero con embeleso observaba,
lo que parecía un espectáculo extraído de mis sueños más grotescos. Vergüenza alguna no siento, una posesión no se ve todos los días, me causaba pesar el pensar, que no todos tenían la dicha de presenciar, a un alma en pena luchando por retomar el cuerpo que en esta vida se le ha otorgado.

Murmullos en una lengua extraña logro captar mi oído derecho,
los ojos de la dama endemoniada se posaron en mí, no sentí frío, solo un calor que me hizo creer que descendí al mismísimo infierno. En silencio presencié, como su magullado cuerpo, se dirigía hacia mí tal cual espectro, buscando una víctima a quien despojar de su consciencia, espíritu y virtud.

Confieso, qué resistencia alguna no puse, estático quede,
esperando el fatal desarrollo y cuando al frente mío ya estaba, susurro mientras su mirada calaba mi alma: "No interpretes mal, yo lo dejé entrar". Tal vez, sí soy un ser perverso, porque ante tal declaración, automáticamente una sonrisa esboce, dejándome arrastrar sin titubear al profundo abismo.

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She was in an abandoned corner, pale as snow, cracked lips.
A lifeless eyes, a smile appeared, "evil", that word crossed my mind, because when a faint light came from a street lamp, butchered bodies could be glimpsed, those eyes no longer looked dead, a insane glow, an unnatural contortion.

Demons, I exclaimed at such a sight, I didn't feel much surprise, but I nervously touched my hands. Am I witnessing a demonic possession?, stupid, I thought, such a mental questioning, there should be no space for it, I can't deny what is before my eyes. A beautiful woman tainted by evil, who seemed to enjoy the horror around her.

A piercing scream suddenly burst from her throat, she was ripping her neck in intense desperation, in what seemed to be an internal struggle with her captor. His fingernails, smeared with his own blood, no longer showed any clarity, a lagoon began to form, of that liquid that should have been reddish, but looked deep black. This is how I imagined the afterlife.

I'm not a person of perversions, but I watched with fascination what seemed like a spectacle from my most grotesque dreams.
I feel no shame, a possession is not seen every day,
it caused me regret to think that not everyone had the joy of seeing, a soul in pain struggling to retake the body that in this life has been granted.

Murmurs in a strange language caught by my right ear,
the eyes of the demoniac lady fixed on me, I felt no cold, only a hotness that made me believe that I had descended to hell itself.
In silence I witnessed how her bruised body came towards me like a spectre, looking for a victim to strip of her conscience, spirit and virtue.

I confess, I did not put up any resistance, I remained static,
waiting for the fatal development and when she was already in front of me, whispered while her gaze pierced my soul: "Don't misinterpret, I let it in". Perhaps, if I am a perverse person, because at such a statement, I automatically smiled, letting myself be dragged without hesitation into the deep abyss.

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